domingo, 22 de mayo de 2011

en ése



Entiendo el tinte, olas alzadas, escarlata transfigurándose en Cielo. Cielo eres una jaula, y nosotros libres.

Geómetras me lo habían dicho, profetas desesperados. él.

él era la forma. El vértice del punto.

Doblez y quebrantamiento. ¿Letras? Dicotomía, amando los demonios

Posesión. Déjame aquí. Seré el contorno resonando, no le daré secuencia a nada. No habrá en mí acción ni trazo. ¿Nostalgia? ¡Contemplación! Libido del concreto, me dejaré atravesar por lo supremo.

Sacrificio, dolor extinto, lo más cercano a lo divino. Lo más divino a lo cercano.

Ámame: Traza en mí lo olvidado. Róbame el olvido.

Haz de mí carne: Vida, ya no quiero ser símbolo de la muerte, ni templo del tiempo, ni tiempo del Templo.

Soy, en ése: Una curva sin quien me interprete.

Soy ése: Recta en el polvo que arrastra tu instrumento. Somos polvo que arrastra los instrumentos.






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Tu cuerpo será menos recipiente de mediatez que templo de diálogo con lo eterno