
Hallo tonos rapidos en la superficie, hallo que algo se incendia cuando cierro los ojos.
Me encuentro hueco y algo de mí se ha escapado.
Cierta tranquilidad demente me invade, la música hace de mí un trapo.
Un trapo con agujeros infinitos en él, con una extensión límitrofe a la imaginación.
Hallos en mis ojos cerrados un eco de mañana. Señales vagas de dioses que me aman.
Pero yo, yo insisto en morir, mi más profundo deseo es el olvido de mí mismo. No lo he conseguido en la entrega al otro, no lo he conseguido en la entrega al placer, ni al deber.
Sólo hallo respuesta en el quebrantamiento de mi conciencia, en sumergirme en mí mismo al tiempo que tiro del gatillo. Al tiempo que la bala irrumpe en mí, al tiempo que mi corazón exhala la paz eterna, al tiempo que mis ojos por fin son libres de los prejuicios de la luz. Por fin al tiempo en que no hay frecuencia que valga para no entender. Al tiempo que no habrá promedios de ninguna existencia, todo será un continuo y un constante de mi propio olvido y de mi eterna felicidad.
2 comentarios:
Y cuando por fin te encuentras allí, solo puedes dejar que la nada te consuma... llegaste al limite de tu existencia o simplemente no encontraste en esta tierra lo que esperabas... morir es solo el comienzo de una nueva vida, otro cuerpo ocuparas otro espacio recorrerás pero siempre estarás...
Yo creo que en la muerte no te llena la nada, sino la paz, te acompaña el postrero aliento y te llena la vida, se lleva todo y tú también te vas, en ese cadavér ya no vives, cambias a ser sólo recuerdos, cambias y dejas de ser un ente físico, no me importa si hay algo más allá, no soy un hombre de puentes, ni de islas, más bien uno de caminos intrincados. Por cierto alain SQTQM
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