
Las formas son distancias, hostil súplica al sentido.
Me ves, no hay mundo que me sostenga.
Es mi soledad, necia de levantar ciudades; cansada de sí misma: roe mis sentidos.
Soy yo, máximo error; torpe espiral busca horizontes tras su angustia.
Cuidado de no hacer caer las cárceles: cristales o verbos.
Reunir y vestir el flujo, se escapa su aliento.
Espuma en la orilla, tantos cuerpos.
Cómo no llorar al devenir
Si no hay ya nada tras su especie.
Cómo seguir al hilo en sus suspiros
Ya no hay sangre en los mitos.
Esa torre que era, breve ruina.
Qué deseo de volver por sus ventanas.
Hace llegar su nostalgia en mis hallazgos.
Breve, no me busca.
Pronto palpó su curva,
Nefanda armonía.
Cayó y yo en ella.
Amargo y magro: sangre querías.
Luz hallaste.