Actúa en algún cielo el cambio, se nublan y acontecen centellas de azul y negro. Veo que viajas entre el espacio que esta mudo. Negro pero cercano. Yo soy el que espera finalmente lejos.
Soy el que espera mucho. Mientras todo truena y cae. Sientes que no hay suelo. No hay suelo que cargue lo que digo. No hay suelo mientras se nuble el aliento que quiero darte.
Sin lluvia que moje esto, esto no crecerá. Sin calor que nos acerque, no habrá silencio que quede intacto. Silencio, que suave viaja sobre tu cuerpo. Suave silencio que no trasgreda lo que siento.
Siento que me desnudo cuando rompo en calma. Desnudo quedo cuando te veo.
Lloro cuando veo que estoy contigo.
Y lloro cuando veo que no estás conmigo.
No hay lógica que embargue al sentido, porque no hay sentido que opaque al sentido.
No hay cercanías entre la nada.
No hay nadie entre nuestras palabras.
Se queda este mundo quieto y solo vibra cuando te pienso.
Vibra eternamente de no saberte, de no saber nada.
Sencillamente en pedazos parecen venir las cosas.
Se van también las cosas para decirte esto.
No hay mayor ente que el que crece entre las voces.
Las voces que son dulces y ásperas.
Que separan. Que convergen y que dicen no volver.
No volver a donde no estoy.
Dónde no vengo.